5 ingredientes para la innovación con Propósito

“Innovación” es un concepto que ha sido relevante para las empresas desde la Revolución Industrial. Es la forma como nos mantenemos vigentes en un mundo cambiante, buscando ganarle la delantera a nuestra competencia. 

Sin embargo, es evidente que en los últimos años la palabra parece mencionarse en cada libro de negocios, presentación magistral y reunión ejecutiva. De hecho, si vemos el registro de google, que mide la cantidad de libros publicados en la que aparece una palabra específica (Ngram Viewer, seguro les robará un par de horas jugar con esta herramienta), la palabra ha estado en tendencia acelerada en los últimos años.

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El tema se ha explorado por años, desde autores internacionalmente reconocidos y considerados padres del concepto como Edward de Bono, hasta autores regionales recientes como Mario Morales. De todos ellos se pueden aprender valiosas lecciones referentes a la cultura de innovación, la creatividad aplicada y los procesos de innovación en la organización.

Sin embargo, desde una perspectiva práctica, el problema de la innovación en algunas empresas ha sido su aplicación sistemática en el tiempo. Muchas tiene un arranque emocionante y puede que alcancen el lanzamiento de uno o dos productos interesantes al mercado. Pero el tiempo es un juez muy fuerte frente a la innovación, que es un músculo empresarial que requiere ser ejercitado con diligencia y perseverancia. 

Cuando vemos diferentes “generaciones” de gerencias pasar por una organización, ese músculo de la innovación se puede perder, si no se ha ejercitado con regularidad en el tiempo hasta el punto que defina a la cultura organizacional. Muchas veces, esa pérdida del músculo innovador se puede reducir a una razón central; la empresa no ha encontrado claridad en el por qué innovar! 

En Revolución del Propósito discutimos constantemente lo importante que es para una empresa encontrar - o re-descubrir - el propósito superior por medio del cual definen todas sus actividades; su razón de ser. En términos de innovación, este propósito superior funciona como un motor interno y como un norte claro. Innovar por innovar es un ejercicio frugal que pocas veces brinda resultados permanentes. Pero cuando una empresa tiene una razón para innovar, algo que sobrepasa la generación de utilidades y logra inspirar a toda la organización, la innovación se convierte en un multiplicador y una herramienta esencial en el camino al éxito. 

Con esto en mente, la innovación con propósito vive y se puede potenciar más con los siguientes ingredientes:

1- Un propósito para innovar

Necesita toda la organización vivir por un propósito superior. Algo que marque nuestra razón de ser como negocio y genere claridad en nuestra toma de decisiones. Las empresas sin propósito tienden a tomar decisiones basadas sólo en las consecuencias económicas, lo que sólo resulta en una cultura sin ánimos, un liderazgo de control que nos lleva al cansancio, una toma de decisiones confusa y una “innovación por innovar” que puede morir en el tiempo. 

2- Liderazgo Regenerativo

El liderazgo regenerativo, a diferencia del liderazgo de control, se enfoca en crear comunidades internas y no equipos de trabajo. Este tipo de liderazgo, popularizado en el momento por negocios conscientes reconocidos como Southwest Airlines, Zappos, WholeFoods y Patagonia, ponen al líder de la empresa como un servidor de su cultura, la cual se enfoca en sanar las heridas del cambio, proteger al colaborador y servir al propósito de la empresa.

3- Una cultura de innovación

Una cultura de innovación se apoya en tradiciones colaborativas internas. Sin una cultura positiva a lo interno, la innovación tiende a marchitarse. Pensemos en la mayoría de proyectos que desarrollamos en las empresas; todos están llenos de retos, frustraciones, discusiones, conflictos internos, etc. Parecería que para llevar un proyecto a su término tenemos que pelear con todo el mundo. En parte esto se debe a que las culturas organizaciones no tiene un enfoque colaborativo, raíz de una liderazgo de control, producto de una falta concreta de propósito.

4- Procesos de Innovación

Los procesos son la parte dura de la innovación con propósito (el yin del yang) y se compone de dos partes; la primera es la metodología interna que se sigue para crear innovación en productos, procesos o servicios (internos y externos), y la segunda se basa en los roles y los incentivos que existen durante todo ese proceso. Cada persona en el camino que une un problema o un objetivo con su resultado final, debe cumplir con su función, entenderla, tener las capacidades para cumplir con ella y disfrutar de un beneficio directo por hacerlo (que no necesita ser económico y puede ser implícito en la cultura de la organización). 

5- Inteligencia Creativa

La inteligencia creativa es el conjunto de habilidades blandas que ayudan a que la innovación con propósito pueda fluir en la organización. Estas incluyen pero no se limitan a; creatividad aplicada, pensamiento lateral, design thinking, comunicación, liderazgo, trabajo en equipo, entre otras más difíciles de enseñar como compasión, empatía, entrega y perseverancia. 

Los pasos son claros; comience por encontrar su propósito como empresa y ¡deje de innovar por innovar!

Sebastian Falla

Conferencista y consultor en estrategia, innovación y desarrollo organizacional. Revolucionista co-fundador en Revolución del Propósito y Directo de Estrategia en RDP Consulting.

www.sebastianfalla.com
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