De humanos más tecnológicos a tecnología más humana.

¿Se acuerdan de ”El Hombre Nuclear”?  O quizás lo recuerden por su nombre en inglés: ”The Six Million Dollar Man”.

De niño era mi serie favorita: Lee Majors, como Steve Austin, un astronauta que sufre un grave accidente pero es rescatado y convertido en hombre biónico. La introducción resumía la premisa de la serie: “Lo reconstruiremos. Poseemos la tecnología para convertirlo en un organismo cibernético poderoso, superdotado.”

 La serie se dejó de producir en 1978. Pero en los años que siguieron, la figura de humanos modificados por tecnología se extendería con famosos personajes, series o películas como Blade Runner, Darth Vader, Terminator, Soldado Universal, Robocop, Tron y hasta el Inspector Gadget.


Larga vida al Cyborg

 Los cyborgs se pueden definir como humanos mejorados por la tecnología. Parte humana, parte robot.

 Dentro de su ensayo “A Cyborg Manifesto”, Donna Haraway teoriza que el cyborg podría ser una imagen que une la imaginación con la realidad material, y que transmite nuestro deseo de generar la posibilidad de una transformación histórica.

 Y es que esta obsesión con la tecnología como el brazo transformador del ser humano, nos acompaña hasta el día de hoy.

 No es casualidad que utilicemos tanto el término Transformación Digital para soñar con ese momento donde nuestras empresas, productos o instituciones, comienzan a verse modernas, conectadas... y mejoradas.

 Pareciera que soñamos con tener empresas-cyborg.

Deus Ex Machina

En el teatro griego, los actores que interpretaban dioses eran llevados a escena por máquinas. Generalmente estas máquinas eran grúas que los bajaban del aire o elevadores que los levantaban del suelo. El recurso se utilizaba para resolver el conflicto y terminar la obra.

 Desde entonces, Deus Ex Machina es usado para definir la parte de un guión donde un problema imposible es resuelto de una manera inesperada.

 Cuando hablamos de Transformación Digital a veces esperamos que un dios salga de la máquina en la forma de un nuevo CRM, ERP, CMS o cualquier herramienta SAAS, que además de utilizar caprichosas siglas en inglés para nombrarse se vuelven la esperanza de transformación para toda la organización.

Una nueva perspectiva

 ¿Pero qué tal si en lugar de pensar en la tecnología como salvadora, y en lo digital como el enriquecedor de nuestras limitaciones, consideramos la parte humana como el ingrediente secreto de la tecnología?

 De nada sirven las mejores herramientas si no capacitamos a los usuarios.

 Poco cambiará el mejor software contable si no somos ordenados en las finanzas.

 Y por supuesto, ningún chatbot reemplazará un agente de servicio al cliente que realmente quiere resolver nuestro problema.

 No me malinterpreten. Estoy a cargo de la unidad de Transformación Digital de RDP; amo la tecnología y me apasionan todos los dispositivos, inventos, programas y aparatos digitales que existen.

 Pero precisamente por eso he aprendido que ningún sueño, propósito u objetivo digital se cumple si no comenzamos por la gente. Desde la Junta Directiva hasta el colaborador más junior, el cambio comienza por las personas y la tecnología viene después.

Preparémonos para trabajo colaborativo humano-máquina:

 Sí, la inteligencia artificial reemplazará muchos trabajos que actualmente son manuales, repetitivos o basados en patrones. Calcular, copiar, pegar, transcribir y escribir pueden ya ser realizados de forma más eficiente por un robot de software que por un humano.

 Sin embargo, muchas tareas que tienen que ver con el trato persona a persona, el análisis, la creación, la planificación y por supuesto la programación de todas estas nuevas herramientas, seguirán estando en manos humanas.

 La creatividad humana tendrá nuevas formas para expresarse.

 La habilidad física, encontrará nuevos retos para superar.

 Y las capacidades cognitivas se verán amplificadas por compañeros de trabajo digitales que serán mucho más que asistentes virtuales.

 Para navegar este nuevo mundo, donde humanos y máquinas trabajamos juntos, quisiera dejarle algunas sugerencias:

  1. Analice, optimice y mejore sus procesos: ¿Tiene claro el flujo actual de datos y proceso de su negocio? ¿Conoce cuáles procesos son manuales, repetitivos o necesitan automatización? ¿Tiene claridad de cuáles roles o puestos están sobrecargados y cuáles podrían cambiar de responsabilidad? Antes de cualquier cambio digital, analice su flujo de trabajo y encuentre ahí las oportunidades de mejora.

  2.  Involucre a su gente: Pregunte, encueste, entreviste, converse. Entérese de cuáles son las necesidades tecnológicas de sus colaboradores, antes de decidirse por una herramienta que saldrá más cara si no se cerciora primero que su equipo está listo para la implementación.

  3. Tenga en mente el balance humano-digital: Ninguna herramienta debería complicar el trabajo de sus colaboradores o la experiencia de sus clientes. Considere siempre si una nueva herramienta mejorará, no sólo la eficiencia, sino también el bienestar, satisfacción y sentido de logro de los miembros de su organización y el público al que se beneficia.

Como decía la introducción de Six Million Dollar Man: Poseemos la tecnología. Podemos reconstruirnos en humanos poderosos y superdotados. Pero sin ser cyborgs o nucleares... y sin gastarnos seis millones de dólares por persona para lograrlo.


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