Sentar a unos cuantos “creativos” a dar ideas puede generar alguna estrategia ganadora en algún momento. Pero la dinámica de negocios de hoy no puede depender de estos momentos en los que “se nos alinean los planetas”. La organización debe tener el músculo necesario para generar estas oportunidades de forma continua, en un sistema perenne que continuamente aporta a la organización; ¡no sólo ideas! Sino ideas que salen del laboratorio y generan resultados reales y medibles de negocio.

Nos enfocamos en diseñar ese motor interno, que mantiene vive la maquinaria de la innovación de manera sistemática e intencional, para depender menos de la esperada musa y más en el ejercicio disciplinado de la creatividad aplicada. Este motor es siempre a la medida, porque no tendría sentido de otra forma, y normalmente considera el efecto que este tendrá en toda la organización que siempre es parte de una misma maquinaria, generando así además - como beneficio colateral - una transformación cultural y de capacidades que seguirá dando réditos hacia el futuro.

En ocasiones, tengamos listo o no un motor interno y sistemático de innovación, llegan a nuestra puerta oportunidades o difíciles retos que debemos navegar con pericia. En muchas empresas, estas situaciones las vemos pasar con dos resultados lamentables; por un lado, existen esos momentos en los que la inercia del “día a día” y la burocracia de la costumbre nos hace pesados para reaccionar y las oportunidades pasan o quedan como esas historias de “casi éxito” para la empresa; en otras ocasiones, pretendemos seguir el guión a la perfección y meter lo inmediato operativo con lo estratégicamente importante en una sola maquinaria que no discierne entre las dos, logrando que el resultado sea inerte y carezca de potencia o diferenciación.

Los Ciclos DEAL de Innovación son sprints rápidos, enfocados en crear y ejecutar ciclos de innovación en muy corto plazo, para resolver un problema, una oportunidad o una necesidad de la empresa. Por ejemplo, para la creación de una nueva línea de productos o servicios.

Hay una distancia radical entre el servicio y la experiencia del cliente. Sin embargo, vemos que las empresas capacitan mucho a su personal de atención al cliente en servicio pero poco trabajo de manera intencionada en su experiencia. Sin embargo, la experiencia del cliente, en cualquier industria, en una relación B2C o B2B y cualquier parte de la cadena de valor, es un componente vital de la propuesta de valor de la empresa, que trasciende sus producto y/o servicios para fortalecer o destruir la relación con sus clientes.

Nos enfocamos en diseñar la experiencia del cliente de manera intencionada y estratégica, para que esta se convierta en una diferenciación importante que fortalece la posición de la empresa en su industria y los lazos de relación con el cliente. Innovar en la experiencia del cliente sígnica subir la barra y construir una organización empática que se prepara a generar una huella sostenible en el mercado.